SU SEÑORIA

La mayor degracia que puede tener una sociedad es olvidar, negar o no aprender de su pasado, esto creo que está pasando en España. No he visto mayor celeridad en la Justicia que en todo lo concerniente a Su Señoría D. Baltasar Garzón, a quien yo llamaría "EXCELENTÍSIMO SR. D.
BALTASAR GARZÓN", pues creo que es la persona que más se merece éste título de todos los que lo llevan en éste pais, pues nadie ha hecho más por limpiar nuestro pais de terroristas, polí-
ticos corruptos y chorizos, pero como pasa siempre en este país, cada uno cuenta la historia cómo
le interesa y en este caso se han valido de la justicia para que por un error en su gestión, le busquen tres querellas para quitarse de enmedio al azote de aquellos que no quieren limpiar la podredumbre de una época que hasta que no termine de enterrar definitivamente a sus muertos no cerrará definitivamente el camino de la transición.
VA POR SU SEÑORIA DE ALGUIEN QUE NO ES MUY AMIGO DE COMO SE ADMINISTRA
LA JUSTICIA EN ESPAÑA Y TAMPOCO AMIGO DEL PERSONALISMO DEL JUEZ GARZON PERO EN ESTE CASO TODA LA DERECHA HA IDO A MACHACARLO PORQUE SE A DEDI-
CADO A LIMPIAR TODA LA PORQUERIA QUE TIENEN DENTRO DE SUS CASAS.

CUENTOS POLITICOS

¿No nos damos cuenta que cada vez estamos alejándonos más de nuestra fe en la democracia que tantos y tantos habíamos luchado para conseguirla? Cuando veo la postura de la oposición, negando todo lo que se propone o se hace por parte del gobierno, veo un afan de revanchismo hacia lo que perdieron en 2004 y que habian conseguido en 1996 con las mismas malas artes que ahora, es decir arrojando la basura que generan en su partido en forma de boomerang hacia el enemigo y descalificando las decisiones de las instituciones del estado cuando no les son favorables a sus intereses y, creando una opinión de cara al pueblo y al exterior de catastrofismo que es la única forma que tienen de demostrar que son los únicos elegidos para salvarnos de los que según ellos van a cargarse lo que tantas y tantas personas anónimas conseguimos a partir de 1975, que no es otra cosa sino el estado de bienestar a costa de eliminar monopolios y privilegios e igualar el nivel de vida de las personas y la consecución de una calidad de las instituciones sin parangón, pero que poco a poco se va deteriorando, así cómo, la confianza en los políticos , a causa de sus ambiciones.